QUE ES?
Muchas personas con una enfermedad
depresiva nunca buscan tratamiento. Pero la gran mayoría, incluso aquellas con
los casos más graves de depresión, pueden mejorar con tratamiento. Intensivas
investigaciones de la enfermedad han resultado en el desarrollo de
medicamentos, psicoterapias, y otros métodos para tratar a las personas con
este trastorno incapacitante.
La depresión es
una enfermedad común pero grave.
La mayor parte de quienes la padecen necesitan tratamiento para mejorar.
La mayor parte de quienes la padecen necesitan tratamiento para mejorar.
Existen varios tipos de trastornos depresivos. Los
más comunes son el trastorno depresivo grave y el trastorno distímico.
El trastorno depresivo
grave, también
llamado depresión grave, se caracteriza por una combinación de síntomas que
interfieren con la capacidad para trabajar, dormir, estudiar, comer, y
disfrutar de las actividades que antes resultaban placenteras. La depresión
grave incapacita a la persona y le impide desenvolverse con normalidad. Un
episodio de depresión grave puede ocurrir solo una vez en el curso de vida de
una persona, pero mayormente, recurre durante toda su vida.
El trastorno distímico, también llamado distimia, se caracteriza
por sus síntomas de larga duración (dos años o más), aunque menos graves,
pueden no incapacitar a una persona pero sí impedirle desarollar una vida
normal o sentirse bien. Las personas con distimia también pueden padecer uno o
más episodios de depresión grave a lo largo de sus vidas.
Algunas formas de trastorno depresivo muestran
características levemente diferentes a las descritas anteriormente o pueden
desarrollarse bajo circunstancias únicas. Sin embargo, no todos los científicos
están de acuerdo en cómo caracterizar y definir estas formas de depresión.
Estas incluyen:
Depresión psicótica, que ocurre cuando una enfermedad depresiva
grave está acompañada por alguna forma de psicosis, tal como ruptura con la
realidad, alucinaciones, y delirios.
Depresión posparto, la cual se diagnostica si una mujer que
ha dado a luz recientemente sufre un episodio de depresión grave dentro del
primer mes después del parto. Se calcula que del 10 al 15 por ciento de las
mujeres padecen depresión posparto luego de dar a luz.
El trastorno afectivo
estacional, se
caracteriza por la aparición de una enfermedad depresiva durante los meses del
invierno, cuando disminuyen las horas de luz solar. La depresión generalmente
desaparece durante la primavera y el verano. El trastorno afectivo estacional
puede tratarse eficazmente con terapia de luz, pero aproximadamente el 50% de
las personas con trastorno afectivo estacional no responden solamente a la
terapia de luz. Los medicamentos antidepresivos y la psicoterapia pueden
reducir los síntomas del trastorno afectivo estacional, ya sea de forma
independiente o combinados con la terapia de luz.
El trastorno bipolar, también llamado enfermedad
maniaco-depresiva, no es tan común como la depresión grave o la distimia. El
trastorno bipolar se caracteriza por cambios ciclicos en el estado de ánimo que
van desde estados de ánimo muy elevado (por ejemplo, manía) a estados de ánimo
muy bajo (por ejemplo, depresión).
No todas las personas con enfermedades depresivas
padecen los mismos síntomas. La gravedad, frecuencia, y duración de los
síntomas pueden variar según la persona y su enfermedad en particular.
Síntomas
- Sentimientos persistentes de tristeza,
ansiedad, o vacío
- Sentimientos de desesperanza y/o pesimismo
- Sentimientos de culpa, inutilidad, y/o
impotencia
- Irritabilidad, inquietud
- Pérdida de interés en las actividades o
pasatiempos que antes disfrutaba, incluso las relaciones sexuales
- Fatiga y falta de energía
- Dificultad para concentrarse, recordar
detalles, y para tomar decisiones
- Insomnio, despertar muy temprano, o dormir
demasiado
- Comer excesivamente o pérder el apetito
- Pensamientos suicidas o intentos de suicidio
- Dolores y malestares persistentes, dolores de
cabeza, cólicos, o problemas digestivos que no se alivian incluso con
tratamiento
¿Qué enfermedades coexisten con la depresión?
La depresión a menudo coexiste con otras
enfermedades. Tales enfermedades pueden presentarse antes de la depresión,
causarla, y/o ser el resultado de esta. Es probable que la mecánica detrás de
este cruce entre la depresión y otras enfermedades difiera según las personas y
las situaciones. No obstante, estas otras enfermedades concurrentes deben ser
diagnosticadas y tratadas.
Los trastornos de
ansiedad, tales como el trastorno de estrés postraumático, el trastorno
obsesivo-compulsivo, el trastorno de pánico, la fobia social, y el trastorno de
ansiedad generalizada, acompañan frecuentemente a la depresión. Las personas que padecen
trastorno de estrés postraumático están especialmente predispuestas a tener
depresión concurrente. El trastorno de estrés postraumático es una enfermedad
debilitante que puede aparecer como resultado de una experiencia aterradora o
muy difícil, tal como un ataque violento, un desastre natural, un accidente, un
ataque terrorista, o un combate militar.
Las personas con trastorno de estrés postraumático
a menudo reviven el suceso traumático con escenas retrospectivas (retroceso al
pasado), recuerdos, o pesadillas. Otros síntomas incluyen irritabilidad,
arrebatos de ira, profundo sentimiento de culpa, y evasión de pensamientos o
conversaciones sobre la experiencia traumática. En un estudio financiado por el
Instituto Nacional de la Salud Mental (NIMH por sus siglas en inglés),
investigadores descubrieron que más del 40 por ciento de las personas con
trastorno de estrés postraumático también sufrieron de depresión en intervalos
de uno y cuatro meses luego de la experiencia traumática.
El abuso o la dependencia
del alcohol o de otras sustancias también pueden ser coexistentes con la depresión.
De hecho, investigaciones han indicado que la coexistencia de trastornos del
ánimo y la adicción a sustancias son dominantes entre la población de los
Estados Unidos.
La depresión a menudo
coexiste con otras condiciones médicas como enfermedad cardiaca, derrame
cerebral, cáncer, VIH/SIDA, diabetes, y la enfermedad de Parkinson. Estudios han demostrado que las personas
que padecen depresión además de otras enfermedades médicas graves, tienden a
presentar síntomas más graves, tanto de la depresión como de las enfermedades
médicas, a adaptarse con mayor dificultad a su condición médica, y a tener que
afrontar costos médicos más altos que aquellas que no tienen depresión
coexistente. Investigaciones han obtenido una cantidad creciente de evidencia
de que tratar la depresión también puede ayudar a mejorar la evolución de la
enfermedad concurrente.
No existe una causa única conocida de la
depresión. Más bien, esta parece ser el resultado de una combinación de
factores genéticos, bioquímicos, y psicológicos.
Investigaciones indican que las enfermedades
depresivas son trastornos del cerebro. Las tecnologías para obtener imágenes
del cerebro, tales como las imágenes por resonancia magnética, han demostrado
que el cerebro de las personas con depresión luce diferente del de quienes no
la padecen. Las áreas del cerebro responsables de la regulación del ánimo,
pensamiento, apetito, y comportamiento parecen no funcionar con normalidad.
Además, hay importantes neurotransmisores, sustancias químicas que las células
del cerebro utilizan para comunicarse, que parecen no estar en equilibrio. Pero
estas imágenes no revelan las causas de
la depresión.
Investigaciones indican que las enfermedades
depresivas son trastornos del cerebro.
Algunos tipos de depresión tienden a transmitirse de
generación en generación, lo que sugiere una relación genética. Sin embargo, la
depresión también puede presentarse en personas sin antecedentes familiares de
depresión. La investigación genética indica que el riesgo de desarollar
depresión es consecuencia de la influencia de múltiples genes que actúan junto
con factores ambientales u otros.
Además, los traumas, la pérdida de un ser querido,
una relación dificultosa, o cualquier situación estresante puede provocar un
episodio de depresión. Episodios de depresión subsiguientes pueden ocurrir con
o sin una provocación evidente.
La depresión es más común en mujeres que en
hombres. Hay factores biológicos, de ciclo de vida, hormonales, y psicosociales
que son únicos de la mujer, que pueden ser relacionados con que las tasas de
depresión sean más elevadas entre las mujeres. Investigadores han demostrado
que las hormonas afectan directamente las sustancias químicas del cerebro que
regulan las emociones y los estados de ánimo. Por ejemplo, las mujeres son
particularmente vulnerables a la depresión luego de dar a luz, cuando los
cambios hormonales y físicos junto con la nueva responsabilidad por el recién
nacido, pueden resultar muy pesados. Muchas mujeres que acaban de dar a luz
padecen un episodio breve de tristeza transitoria, pero algunas sufren de
depresión posparto, una enfermedad mucho más grave que requiere un tratamiento
activo y apoyo emocional para la nueva madre. Algunos estudios sugieren que las
mujeres que padecen depresión posparto, a menudo han padecido previos episodios
de depresión.
Algunas mujeres también pueden ser susceptibles a
sufrir una forma grave del síndrome premenstrual, aveces llamado trastorno
disfórico premenstrual. Esta es una enfermedad producida por cambios hormonales
que ocurren cerca del periodo de la ovulación y antes de que comience la
menstruación. Durante la transición a la menopausia, algunas mujeres
experimentan un mayor riesgo de sufrir depresión. Científicos están explorando
la forma en la que la elevación y la disminución cíclicas del estrógeno y de
otras hormonas pueden afectar la química del cerebro que está relacionada con
la enfermedad depresiva.
Finalmente, muchas mujeres enfrentan el estrés
adicional del trabajo y de las responsabilidades del hogar, cuidado de los
hijos y padres ancianos, maltrato, pobreza, y tensiones de las relaciones. Aún
no está claro por qué algunas mujeres que enfrentan desafíos inmensos padecen
de depresión, mientras que otras con desafíos similares no la padecen.
Los hombres experimentan la depresión de manera
distinta que las mujeres y pueden enfrentar los síntomas de diferentes modos.
Los hombres tienden más a reconocer que sienten fatiga, irritabilidad, pérdida
de interés en las actividades que antes resultaban placenteras, y que tienen el
sueño alterado, mientras que las mujeres tienden más a admitir sentimientos de
tristeza, inutilidad, o culpa excesiva.
Los hombres tienen más probabilidades que las
mujeres de acudir al alcohol o a las drogas cuando están deprimidos,
frustrados, desalentados, irritados, enojados, o a veces abusivos. Algunos
hombres se envician al trabajo para evitar hablar acerca de su depresión con la
familia o amigos o comienzan a mostrar un comportamiento imprudente o riesgoso.
Y aunque en los Estados Unidos, son más las mujeres que intentan suicidarse,
son más los hombres que mueren por suicidio.
La depresión, aun en los casos más graves, es un
trastorno altamente tratable. Al igual que con muchas enfermedades, mientras
más pronto pueda comenzar el tratamiento, más efectivo es y las probabilidades
de prevenir una repetición son mayores.
El primer paso para obtener el tratamiento
adecuado es visitar a un médico. Ciertos medicamentos y condiciones médicas,
tales como virus o trastornos de tiroides, pueden provocar los mismos síntomas
que la depresión. Un médico puede descartar estas posibilidades por medio de un
examen físico, una entrevista, y pruebas de laboratorio. Si el médico puede
descartar a una condición médica como la causa, él o ella debe llevar a cabo
una evaluación psicológica o referir al paciente a un profesional de la salud
mental.
El médico o profesional de la salud mental llevará
acabo una evaluación diagnóstica completa. Él o ella debe conversar con el
paciente sobre cualquier antecedente familiar de depresión y obtener todos los
antecedentes de los síntomas, por ejemplo, cuándo comenzaron, cuánto han
durado, su gravedad, y si ocurrieron antes, y si los síntomas ocurrieron antes,
cómo fueron tratados. Él o ella también debe preguntar si el paciente consume
alcohol o drogas y si ha tenido pensamientos suicidas o de muerte.
Una vez diagnosticada, una persona con depresión
puede ser tratada con varios métodos. Los tratamientos más comunes son la
medicación y la psicoterapia.
Medicamentos
Los antidepresivos normalizan las sustancias químicas
naturales del cerebro llamadas neurotransmisores, principalmente la serotonina
y la norepinefrina. Otros antidepresivos normalizan el neurotransmisor
dopamina. Los científicos que estudian la depresión han descubierto que estas
sustancias químicas en particular participan en la regulación de los estados de
ánimo, pero no están seguros de cómo exactamente funcionan.
Los tipos de medicamentos
antidepresivos más nuevos y populares se llaman inhibidores selectivos de la
recaptación de serotonina. Entre los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina se
encuentran la fluoxetina (Prozac), el citalopram (Celexa), la sertralina
(Zoloft), y varios otros. Los inhibidores de la recaptación de serotonina y
norepinefrina son similares a los inhibidores selectivos de la recaptación de
serotonina e incluyen la venlafaxina (Effexor) y la duloxetina (Cymbalta). Los
inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina y los inhibidores de la
recaptación de serotonina y norepinefrina son más populares que los
antidepresivos más antiguos, como los tricíclicos (llamados así por su
estructura química) y los inhibidores de la monoamino oxidasa porque tienden a
tener menos efectos secundarios. No obstante, los medicamentos pueden tener
distintos efectos en las personas, no existe una única propuesta cuando se
trata de medicamentos. Por lo tanto, los antidepresivos tricíclicos o los
inhibidores de la monoamino oxidasa pueden ser la mejor opción para ciertas
personas.
Las personas que tomen inhibidores de la monoamino
oxidasa deben atenerse a significativas restricciones alimenticias y
medicinales para evitar posibles interacciones graves. Deben evitar ciertos
alimentos que contienen niveles altos de la sustancia tiramina, la cual está
presente en muchos quesos, vinos, y pepinillos así como en algunos medicamentos
descongestivos. Los inhibidores de la monoamino oxidasa interactúan con la
tiramina de tal forma que pueden causar un aumento agudo en la presión
arterial, lo cual podría llevar a un derrame cerebral. El médico debe
proporcionarle al paciente que tome inhibidores de la monoamino oxidasa una
lista completa de los alimentos, medicamentos, y substancias prohibidas.
Con cualquier clase de
antidepresivo, los pacientes deben tomar dosis regulares durante al menos tres
a cuatro semanas antes de poder experimentar un efecto terapéutico completo. Deben continuar con los medicamentos
durante el tiempo especificado por su médico, aun si se siente mejor, para de
esta manera evitar una recaída de la depresión. Los medicamentos únicamente
deben interrumpirse bajo supervisión médica. Algunos medicamentos deben dejarse
de tomar gradualmente a fin de darle al organismo tiempo para ajustarse. Aunque
los antidepresivos no forman hábito ni son adictivos, el dejar de tomar
repentinamente un antidepresivo puede provocar síndrome de abstinencia o una
recaída. Algunos personas, tales como aquellas que sufren depresión crónica o
recurrente, pueden necesitar medicamentos por tiempo indefinido.
Además, si un medicamento no funciona, el paciente
debe estar dispuesto a probar otro. Investigaciones financiadas por el NIMH han
demostrado que los pacientes que no mejoraron luego de tomar un primer
medicamento aumentaron sus probabilidades de liberarse de los síntomas luego de
cambiar a otro medicamento o agregar uno nuevo al que ya estaban tomando.
Algunas veces se utilizan estimulantes,
medicamentos para la ansiedad, u otros medicamentos en combinación con un
antidepresivo, especialmente si el paciente padece un trastorno mental o físico
coexistente. Sin embargo, ni los medicamentos para la ansiedad ni los
estimulantes son efectivos contra la depresión si se toman solos y ambos deben
tomarse solamente bajo estrecha supervisión médica.
¿Cuáles son los efectos secundarios de los
antidepresivos?
Los antidepresivos pueden causar efectos
secundarios leves y a menudo temporales en algunas personas, pero por lo
general, no son duraderos. Sin embargo, cualquier
reacción inusual o efecto secundario que interfiera con el desempeño normal
debe ser inmediatamente comunicado al médico.
Efectos Secundarios
Los efectos secundarios más comunes asociados con
los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina y los inhibidores de
la recaptación de serotonina y norepinefrina incluyen:
- Dolor de cabeza—generalmente es temporal y pasa.
- Náuseas—temporales y generalmente de breve duración.
- Insomnio y nerviosismo (dificultad para dormir o despertar con
frecuencia durante la noche)— pueden ocurrir durante las primeras semanas
pero a menudo disminuyen con el tiempo o con la reducción de la dosis.
- Inquietud (sensación de ansiedad y nerviosismo).
- Problemas sexuales—tanto hombres como mujeres pueden
experimentar problemas sexuales que incluyen disminución del deseo sexual,
disfunción eréctil, eyaculación retardada, o anorgasmia (incapaz de tener
un orgasmo).
Los antidepresivos tricíclicos también pueden
causar algunos de los siguientes efectos secundarios:
- Boca seca—beber mucha agua, mascar chicle, y
cepillarse los dientes a diario ayuda con esto.
- Estreñimiento—ingerir más cereales de fibra, pasas,
frutas, y verduras ayudan con esto.
- Problemas de la vejiga—puede haber dificultad para vaciar la vejiga
y el chorro de orina puede ser más débil que de costumbre. Es posible que
los hombres mayores que sufren agrandamiento de la próstata resulten más
afectados. Notifique de inmediato al médico si siente dolor al orinar.
- Problemas sexuales—puede variar el desempeño sexual y los
efectos secundarios son similares a los de los inhibidores selectivos de
la recaptación de serotonina.
- Visión borrosa—a menudo desaparece rápidamente y no
necesitará una nueva receta de lentes correctivos.
- Somnolencia (tener sueño) durante el día—generalmente desaparece rápidamente
pero se debe evitar conducir u operar maquinaria pesada mientras exista un
estado de somnolencia. Los antidepresivos con mayor efecto sedante
generalmente se toman por la noche para ayudar a dormir y evitar la
somnolencia durante el día.
Varios tipos de psicoterapia o “terapia de
diálogo” pueden ayudar a las personas con depresión.
Algunos tratamientos son de corto plazo (10 a 20
semanas) y otros son de largo plazo, según las necesidades del individuo.
Existen dos tipos principales de psicoterapia, la terapia cognitivo-conductual
y la terapia interpersonal, las cuáles han probado ser efectivas en el
tratamiento de la depresión. Al enseñar nuevas maneras de pensar y de
comportarse, la terapia cognitivo-conductual ayuda a las personas a cambiar sus
estilos negativos de pensamiento y de comportamiento que pueden contribuir a su
depresión. La terapia interpersonal ayuda a las personas a entender y resolver
relaciones personales problemáticas que pueden causar o empeorar su depresión.
La psicoterapia puede ser la mejor opción para
tratar la depresión leve a moderada. Sin embargo, para casos graves de
depresión o para ciertas personas, la psicoterapia puede no ser suficiente.
Estudios han indicado que una combinación de medicamentos y psicoterapia pueden
ser para los adolescentes la opción más efectiva para tratar la depresión y
reducir la probabilidad de una reaparición. Del mismo modo, un estudio sobre el
tratamiento de la depresión en ancianos descubrió que los pacientes que
respondieron al primer tratamiento de medicamentos y terapia interpersonal
tenían menos probabilidades de volver a sufrir de depresión si continuaban con
su tratamiento combinado durante al menos dos años.
Terapia electroconvulsiva
En los casos en que ni los medicamentos y/ni la
psicoterapia ayudan a aliviar una depresión resistente al tratamiento, puede
ser útil la terapia electroconvulsiva. La terapia electroconvulsiva, antes
conocida como “terapia de choque”, solía tener una mala reputación. Pero esta
ha mejorado notablemente en los últimos años y puede ofrecer alivio a personas
con depresión grave que no han podido sentir ninguna mejoría con otros
tratamientos.
Antes de administrar la terapia electroconvulsiva,
al paciente se le administra un relajante muscular y se le anestesia
brevemente. El paciente no es consciente del pulso eléctrico que se aplica en
la terapia electroconvulsiva. Típicamente, al paciente se le somete a terapia
electroconvulsiva varias veces a la semana y a menudo es necesario que tome un
medicamento antidepresivo o estabilizador del ánimo para complementar los
tratamientos con terapia electroconvulsiva y prevenir una recaída. Aunque
algunos pacientes únicamente necesitan unas pocas aplicaciones de terapia
electroconvulsiva, otros pueden necesitar terapia electroconvulsiva de
mantenimiento, al principio, usualmente una vez a la semana y luego cada vez
menos hasta llegar a tratamientos mensuales de hasta un año.
La terapia electroconvulsiva puede ocasionar
algunos efectos secundarios de corto plazo, incluyendo confusión,
desorientación, y pérdida de memoria. Pero, por lo general, estos efectos
secundarios desaparecen pronto después del tratamiento. Investigaciones han
indicado que al cabo de un año de tratamiento con terapia electroconvulsiva,
los pacientes no presentan efectos cognitivos adversos.
¿Qué esfuerzos están en proceso para mejorar los
tratamientos?
Investigadores están buscando maneras para mejorar
el entendimiento, el diagnóstico, y el tratamiento de la depresión en todos los
grupos de pacientes. Se están probando nuevos posibles tratamientos que dan
esperanza a quienes viven con una depresión particularmente difícil de tratar y
los investigadores están estudiando los factores de riesgo de la depresión y cómo
afecta el cerebro.
Si conoce a alguien que está deprimido, esto
también le afecta a usted. Lo primero y más importante que puede hacer para
ayudar a un amigo(a) o familiar con depresión es ayudarlo(a) a conseguir un
diagnóstico y tratamiento adecuados. Tal vez necesite pedir una cita a nombre
de su amigo(a) o familiar y acompañarlo(a) a ver al médico. Anímelo(a) a no
abandonar el tratamiento o a que busque un tratamiento diferente si no se ven
mejorías al cabo de seis a ocho semanas.
Ayude a un Amigo(a) o Familiar
- Ofrézcale
apoyo emocional, comprensión, paciencia, y animo.
- Entable
una conversación con su amigo(a) o familiar y escuchelo(a) con atención.
- Nunca
desacredite los sentimientos que su amigo(a) o familiar manifieste pero
señale las realidades y ofrezca esperanza.
- Nunca
ignore los comentarios acerca del suicidio y comuníquelos a los
familiares, terapeuta, o médico de su amigo(a) o familiar.
- Invite a
su amigo(a) o familiar a hacer caminatas, excursiones, y otras
actividades. Aunque él o ella se nieguen, siga intentándolo, pero no lo(a)
presione a hacer demasiadas cosas demasiado pronto. Aunque las
distracciones y la compañía son necesarias, demasiadas exigencias pueden
aumentar los sentimientos de fracaso.
- Recuérdele
a su amigo(a) o familiar que con el tiempo y con tratamiento, la depresión
pasará.
Si usted tiene depresión, seguramente se siente
exhausto, indefenso, y desesperanzado. Hacer algo para ayudarse puede ser
extremadamente difícil. Pero es importante que se dé cuenta de que estos
sentimientos son parte de la depresión y no reflejan con exactitud las
circunstancias reales. A medida que usted comience a reconocer su depresión y
comience con un tratamiento, el pensamiento negativo desaparecerá.
Ayúdese Usted Mismo
- Comience
a practicar actividades o ejercicios físicos moderados. Vaya al cine, a
algún juego de pelota, o a algún otro evento o actividad que solía
disfrutar. Participe en actividades religiosas, sociales, o de otro tipo.
- Asignese
metas realistas.
- Divida
las tareas grandes en tareas pequeñas, establezca algunas prioridades, y
haga lo que pueda cuando pueda.
- Trate de
pasar tiempo con otras personas y elija un amigo(a) o familiar de
confianza como confidente. Trate de no aislarse y deje que los demás lo
ayuden.
- Espere
que su ánimo mejore poco a poco y no de inmediato. No espere salir de su
depresión con un “abrir y cerrar de ojos”. Frecuentemente, durante el
tratamiento de la depresión, el sueño y el apetito comenzarán a mejorar
antes de que su estado de ánimo deprimido desaparezca.
- Aplace
las decisiones importantes, tales como contraer matrimonio, divorciarse, o
cambiar de empleo, hasta que se sienta mejor. Hable sobre decisiones con
otras personas que lo conozcan bien y tengan una visión más objetiva de su
situación.
- Recuerde
que los pensamientos positivos reemplazará los pensamientos negativos a
medida que su depresión responda al tratamiento.
¿Dónde puedo ir para obtener ayuda?
Si no está seguro acerca de dónde ir para obtener
ayuda, pregúntele a su médico de familia. La siguiente lista menciona otros
recursos para obtener ayuda:
Recursos para la Salud Mental
- Especialistas
de la salud mental, tales como psiquiatras, psicólogos, trabajadores
sociales, o consejeros de la salud mental;
- Organizaciones
del cuidado de la salud;
- Centros
comunitarios de la salud mental;
- Departamentos
de psiquiatría de los hospitales y clínicas para pacientes ambulatorios;
- Programas
de la salud mental en universidades o facultades de medicina;
- Clínicas
estatales para pacientes ambulatorios;
- Servicios
para la familia, agencias sociales, o iglesias;
- Grupos
de apoyo;Clínicas e instituciones privadas;
- Programas
de asistencia para empleados;
- Asociaciones
médicas o psiquiátricas locales.
- También
puede buscar números de teléfono y direcciones en el directorio telefónico
bajo las secciones “salud mental” (mental health), “salud” (health),
“servicios sociales” (social services), “líneas de apoyo” (hotlines), o
“médicos” (physicians). Un médico de sala de emergencia también puede
brindarle ayuda temporaria e informarle dónde y cómo obtener más ayuda.
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