20 oct 2012

SEXUALIDAD.-MInitemas 2.

Hola, amigos, pacientes y visitantes de este Blog; con este articulo damos inicio a poder compartirles diversos temas sobre el gran asunto de la Sexualidad.  Muchos de los temas que leeran aqui seran o los veran un tanto complicados, pesados, escandalosos y quizas hasta dificiles de abordar por ustedes y porque el asunto grande de la Sexualidad es aun un tabú en nuestras sociedades. Aqui, en la amplia libertad que nos da el hecho de expresarnos sin barreras mentales y con absoluta profundidad, les comparto la posibilidad de ser ustedes mismos y hablar, pensar, compartir y quizas hasta retroalimentarse de asuntos que nos inquietan por dentro, nos producen efectos por fuera y sobre todo, nos hacen lanzarnos a expresar lo que sentimos...en libertad emocional. Para ustedes.

HOLISTICA Y TERAPIAS ALTERNATIVAS, S.C.
OAXACA, MEXICO.






La ninfomanía


No es raro ver como a una mujer que vive libremente su sexualidad y tiene muchas parejas se la califica de ninfómana. ¡Como si eso fuera un insulto! De hecho, este término describe un trastorno psicológico cuya definición todavía es imprecisa y que puede vivirse como un gran sufrimiento.

   
No es raro ver como a una mujer que vive libremente su sexualidad y tiene muchas parejas se la califica de ninfómana. ¡Como si eso fuera un insulto! De hecho, este término describe un trastorno psicológico cuya definición todavía es imprecisa y que puede vivirse como un gran sufrimiento.
¿Qué es?
El término viene de “ninfa” (divinidad femenina de la mitología y/o labios menores de la vulva) y de “manía” (mania en latín significa locura). Según el diccionario de la Real Academia Española, la
ninfomanía es el “deseo violento e insaciable en la mujer de entregarse a la cópula”. Es un trastorno bastante raro.
Une noción vaga
Dado que los criterios de normalidad en materia de
sexualidad siguen regidos por convenciones sociales y porque las necesidades difieren según los individuos, es muy delicado determinar qué exactamente es la ninfomanía.
Según los psicólogos y los psiquiatras, se trata de un sufrimiento vinculado a un deseo sexual desenfrenado e insatisfecho, a pesar de la multiplicación de las
relaciones, o un consumo compulsivo de soportes pornográficos. ¡No hay que confundirlo con un apetito desarrollado por los placeres carnales!
Esta búsqueda insatisfecha es como una dependencia, y necesita tratamiento. Por otra parte, ahora se habla de adicción sexual o hipersexualidad, y no de
ninfomanía.
Los remedios
> Una psicoterapia: acudir a un profesional para determinar el origen del comportamiento puede ayudar a desprenderse de la adicción sexual y a desculpabilizarse.
> Grupos de apoyo: del mismo modo que los alcohólicos, los bulímicos y los toxicómanos tienen su asociación de ayuda, las personas que sufren hipersexualidad también tienen la suya.
Bajo la batuta de un terapeuta, se propone un programa en 12 etapas para liberarse, así como conversaciones con otros participantes. Todo es gratuito y siempre con el respeto de sacrosanta regla del anonimato.
A saber: se propone un cuestionario para determinar el grado de adicción.
> También puede prescribirse un tratamiento médico con el fin de regular el humor del paciente si está en estado depresivo.
¿Lo sabías?
• El masculino de
ninfomanía es satiriasis, que viene del término sátiro, un semidiós de la mitología griega.
• En el siglo XIX, le barón Richard Von Kraftt Ebing, psiquiatra austro-húngaro, no dudaba en hablar de la
ninfomanía como una enfermedad grave, e incluso fatal.
• En la época, las mujeres que sufrían de apetito sexual, juzgado como demasiado feroz por las normas de la sociedad, podían ser internadas, sexualmente mutiladas y desterradas por la comunidad.

 

Hipersexualidad vs. Frecuencia Sexual

La hipersexualidad se caracteriza por una frecuente estimulación genital que, una vez alcanzada, puede no satisfacer ni emocional ni sexualmente. A veces, va acompañada de sentimientos de frustración, malestar, mentira y culpa. El umbral para definir qué es la hipersexualidad está sujeto al debate, y los expertos se plantean si existe un punto de vista científico y diagnóstico.

Lo que es cierto es que cada persona tiene su frecuencia sexual, que no ha de confundirse con hipersexualidad. Lo que para algunos puede ser mucho, para otros es poco. Lo ideal es que haya compatibilidad con tu compañero, ya que es la manera de evitar conflictos. Por ejemplo, si una mujer tiene deseos de tener sexo una vez por semana y su novio todos los días, inevitablemente alguno de los dos, a priori, saldrá perjudicado. Uno tendrá que ceder frente al deseo del otro y resignar el propio.

En el caso de que la
pareja no llegue a acuerdos, se recomienda tratar con un sexólogo. El objetivo es llegar a un punto medio de satisfacción.
 

Insatisfechas

Hay mujeres que sienten deseos sexuales muchas veces en el día, ya que se encuentra exacerbada su frecuencia normal. Y se sienten insatisfechas. En muchos círculos se les denominan ninfómanas. Éstas pueden concretar el acto sexual o bien masturbarse frente a esa excitación provocada por el deseo teniendo orgasmos, pero aún así no se encuentran satisfechas (ni física, ni emocionalmente).

De hecho sienten bastante malestar y repercute negativamente en todos los ámbitos de su vida, especialmente con su
pareja, ya que su adicción se vuelve incontrolable y pasa a ocupar el puesto número uno en su lista de prioridades. ¡Eso tampoco puede ser!
 

La fantasía de la violación



La violación, una fantasía que impresiona
Hacer el
amor con otro hombre distinto a tu compañero o con una mujer, con muchos hombres o en lugares insólitos... Estas son las fantasías femeninas más extendidas y que ya no dudamos en revelar a nuestras amigas o a nuestro compañero.
Pero hay otras, menos confesables, que tenemos algunas de nosotras. Se trata del más tabú de entre todos ellos: el fantasma de la violación. Generalmente se acompaña de un sentimiento de culpabilidad y de vergüenza para las que lo tienen y de una gran incomprensión, incluso de desprecio por quienes reciben esta confidencia.
En efecto, ¿cómo se puede desear padecer este crimen del que son víctimas 48.000 mujeres* cada año?
Cuidado, antes de juzgar o de agobiarse, hay que entender y aceptar los complejos mecanismos de la imaginación erótica de cada uno.
> Distinguir la fantasía del deseo a que el acto suceda en sí
¡No porque nos imaginemos atropellando a nuestro jefe con un 4x4 vamos a dar rienda suelta a estos impulsos! Lo mismo pasa con las
fantasías sexuales, que son los inconscientes y forman parte de una imaginación que no podemos controlar.
Por consecuencia, no hay fantasías “buenas” o “malas”. Simplemente tienen que servir para ayudarnos a interpretar y descifrar nuestro inconsciente, comprenderlo mejor y actuar en consecuencia.
Así, la posibilidad de que esta violación (mentalmente puesta en escena de manera erótica y excluyendo la violencia y el trauma de una verdadera violación) pueda llegar a suceder no es, en realidad, deseada. Al contrario, provoca horror.
> ¿Cómo explicar la fantasía de la violación?
Los psicólogos, psicoanalistas y otros expertos que se han hecho esta pregunta han concluido en tres explicaciones principales.
- Redimirse: la
sexualidad se acompaña muy a menudo de un sentimiento, consciente o no, de culpabilidad. Poniéndose, mentalmente, en escena como una víctima de un acto sexual forzado, nos quitamos la responsabilidad por el placer sentido. La mujer también puede decirse: “Siento placer pero es contra mi voluntad”, explica Michèle Gato, autor del Kama Sutra para hombres, los secretos del placer en femenino (ediciones Leduc. S).
- Sentirse irresistible: en su imaginación erótica, la mujer visualiza a un hombre forzándola a tener
relaciones sexuales con él porque no puede controlar sus ganas por ella, de tan deseable que es.
- La toma de poder: Sophie Cadalen recuerda que: “el encuentro sexual es un combate inconsciente. Un combate en el que nuestros deseos luchan, en el que cada uno alterna entre la sumisión y el poder”. Así, la fantasía de la violación, donde se mezclan dominio y sumisión, nos permite manejar y controlar el deseo y los roles que juegan cada uno.
Fantasías sexuales


Durante mucho tiempo consideradas como tabú o incluso algo vergonzoso, hoy en día las mujeres asumen mucho mejor las fantasías. La razón: además de participar en el equilibrio psíquico, alimentan el deseo, intensifican el placer y son el vector de una sexualidad más abierta y desarrollada.

Durante mucho tiempo consideradas como tabú o incluso algo vergonzoso, hoy en día las mujeres asumen mucho mejor las fantasías. La razón: además de participar en el equilibrio psíquico, alimentan el deseo, intensifican el placer y son el vector de una sexualidad más abierta y desarrollada.
¿Qué es una fantasía?
Una fantasía es una representación imaginaria de los deseos conscientes o inconscientes. Las imágenes, ideas o sentimientos que la mente produce generan en la persona una emoción y una excitación, principalmente sexual. Pero las fantasías no sólo son sexuales, pueden estar relacionadas con diferentes aspectos del deseo y el placer. El término proviene del alemán "phantasie", concepto desarrollado por Freud para designar la imaginación.
¿Quién tiene fantasías?
Todo el mundo tiene fantasías, a todas las edades, de manera consciente o inconsciente, explícita o implícita. Además, las mujeres tienen tantas fantasías como los hombres. La única diferencia es que los hombres tienen menos pudor y hablan de ellas con mucha más facilidad.
¿De dónde vienen las fantasías?
Tener fantasías es algo fascinante y completamente natural. Es señal de buena salud psíquica. A menudo deriva de un deseo inconsciente reprimido. Para Freud, las fantasías se construyen en la adolescencia, a partir de las primeras masturbaciones, o incluso durante la infancia (hacia los 6 años).
¿Para qué sirven?
Las fantasías sirven para desconectar de los problemas cotidianos y de subsanar algunas imperfecciones de la vida real, de las que el Yo intenta escapar gracias a la imaginación. Es una especie de compromiso entre el sueño y lo real, impulsos y prohibiciones y que nos llevan al camino de la evasión. Tener fantasías no quiere decir que estemos insatisfechos, si no, más bien, se trata de una vía de escape que permite disuadirse de la presión social y moral, en ocasiones muy fuertes.
Además, las fantasías tienen un poder afrodisíaco. Psiquiatras y sexólogos están de acuerdo en definir dos tipos de fantasías: las “creativas”, que tienen como objetivo enriquecer una
relación sexual, despertar el deseo, y las fantasías que te permiten desinhibirte y expresar plenamente la sexualidad.
Las fantasías más comunes
Las "fantasías eróticas" aparecen durante el día o durante el acto sexual y se forman en función de la personalidad de cada uno. Entre las más evocadas entre mujeres se encuentran la de hacer el
amor en un lugar desértico y salvaje (playa, bosque...) o en público (parking, ascensor, lugar de trabajo...). A continuación están las fantasías que se tienen con una persona concreta (un famoso, un desconocido, un compañero de trabajo o un amigo...). Algunas tienen fantasías con mantener relaciones sexuales con accesorios (con las manos atadas, los ojos vendados o con comida). Finalmente, algunos sueños eróticos están más enfocados a ciertas situaciones como tener un affaire con otra mujer, con varias personas, ser la favorita de un harem o hacer un striptease delante de varios hombres, entre otras.
Sin embargo, las fantasías de los hombres están relacionadas, principalmente, a actos sexuales (felaciones, exhibicionismo, cambio de
pareja o un trío con dos mujeres) y además se satisfacen con más frecuencia.
Fantasías perturbadoras
Sumisión ante una
relación sexual, escenas sádicas, incluso la violación... Puede ocurrir que, en ocasiones, las fantasías se alejen completamente de deseos conscientes y correspondan más bien a situaciones que una teme. Algunos especialistas justifican este desajuste como deseos inconscientes deformados que responden a procesos defensivos. No obstante, si este tipo de representaciones se convierten el algo perturbador, puede ser recomendable acudir a un psicoterapeuta o psicoanalista.
¿Hay que compartir las fantasías?
A pesar de sentirnos cómodas con nuestra
pareja cuando hablamos del pasado, la familia y otras experiencias, no es tan evidente que nos sintamos tan cómodas para expresar algunos deseos no confesados y, en ocasiones, mal entendidos. Todo depende del objetivo de cada una. A pesar de que algunas fantasías pueden añadir un punto picante a las relaciones en pareja y aumentar la complicidad, otras pueden ser fuente de conflicto, sobre todo si la pareja no las comparte o, peor aún, ¡si no forma parte de ellas! Todo es cuestión de sentido común.
¿Hay que hacerlas realidad?
Algunos especialistas opinan que las fantasías deben mantenerse en lo imaginario para estimular la libido, ya que si se realizan se corre el riesgo de que pierdan su poder y de causar decepción. Otros creen que se deben satisfacer con el objetivo de tratar algunas inhibiciones para paliar la falta de ganas y facilitar el camino al
orgasmo. Tu instinto puede ayudarte a decidirte: eres tú la que tiene que decidir si te sientes realmente preparada para llevar a la práctica los sueños eróticos que imaginas.
 
Cuándo perder la virginidad



La pérdida de la virginidad, muy esperada y temida a la vez, es un momento muy importante en la vida de la mujer. Pero entre los 15, los 17 y los 19 años ¿cuál es la mejor edad para tener la primera relación sexual? Pequeños consejos para descubrir el momento ideal.
Perder la virginidad, ¿es decir…?
Técnicamente una mujer sigue siendo virgen mientras su himen (esa membrana flexible situada en la entrada de al vagina) permanece intacto. Cuando se mantiene una relación sexual, y por lo tanto hay una penetración, el pene del hombre al introducirse en la vagina rompe el himen. En ese momento puede producirse un ligero sangrado, es lo que se llama la desfloración o la pérdida de la virginidad.
No obstante, hay muchas ideas preconcebidas sobre ese momento así que no vendría mal ponerse un poco al día: no se puede perder la
virginidad montando a caballo. Sin embargo, la práctica regular de un deporte como la danza o la equitación pueden ablandar el himen y por lo tanto hacer que la primera penetración sea menos dolorosa.
La edad ideal
A nivel legal, en España pueden mantenerse
relaciones sexuales a partir de los 13 años lo cual no quiere decir que si alguien sigue virgen a los 14 quede fuera de la norma. De hecho no existe una edad «normal» para perder la virginidad, todo depende de la madurez física y psicológica y del contexto.
Cuerpo a punto... ¡y mente también!
La primera vez debe ir de la mano de las ganas. Hay que ser suficientemente madura a nivel sexual y en relación con los deseos para poder asumirlos. Con la llegada de la adolescencia el cuerpo sufre una metamorfosis, se convierte poco a poco en adulto y la libido se despierta. Has descubierto cómo darte placer sola y estás completamente abierta a ello, de modo que ya has alcanzado cierta madurez física, pero de momento tu relación con la
sexualidad es solitaria y se basa en fantasías. ¿Estás lista psicológicamente para descubrir tu intimidad y compartir tu placer con un hombre? A veces el cuerpo se desarrolla más rápido que la cabeza y para pasar a la práctica ambos deben estar coordinados.
El mejor contexto
Si ya estás lista, tanto física como psicológicamente, sólo te queda encontrar a la persona adecuada, que te tiene que gustar de verdad e inspirarte suficiente confianza para tener ganas de hacer el
amor con ella. El contexto también tiene su importancia, pues debes sentirte totalmente cómoda y segura, sobre todo la primera vez, porque si estás tensa, los músculos vaginales se contraerán y la penetración será dolorosa. Espera a encontrar a alguien con quien te sientas bien para dar el paso, aunque esto pueda parecerte frustrante, la frustración forma parte de la vida y añade un toque picante también a la sexualidad.
No dramatices
Hay quienes esperan a estar realmente enamoradas para perder la
virginidad y tienen razón: es un momento importantísimo en la vida de una mujer y no hay que arruinarlo. Esta primera experiencia es determinante para tu futura vida sexual. Mal vivida puede provocar bloqueos y traumatismos. Tómate tu tiempo, no hay prisa: en esta vida todo llega.
Otras eligen a un hombre experimentado que les guste pero del que no están enamoradas. Quieren quitarse de encima lo que consideran una carga para avanzar en su vida sexual. Si están seguras de lo que hacen y no hacen el
amor para hacer lo que hace todo el mundo, ¿por qué no?
En ambos casos lo más importante es sentirse preparada y quitar hierro al asunto: la primera vez nunca es sensacional, pero es la puerta de entrada a otras ocasiones mucho más agradables.
Precauciones indispensables
Poco importa la edad, si decides perder la
virginidad tienes que ir al ginecólogo para que te prescriba una contracepción adecuada. No olvides utilizar preservativos: son la única protección contra las ETS y demás infecciones más benignas, así que son indispensables.
 

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